Dietas...
Todas lo hacen, y el proceso es (aparentemente) muy sencillo:
Alguien te da una receta mágica de qué, cuándo y cómo comer, y así en teoría vas a tener el cuerpo que “se supone” que debés tener.
Tu mirada está enfocada en el resultado, ESE cuerpo que viene con promesas de un futuro mejor.
Pero cuando ponés en práctica, te das cuenta de que no era tan simple como parecía, ¿verdad?
Hacés la dieta, la finalizás y, de un día para otro, recuperás todo el peso (y más).
Y así empezás un proceso desgastante a nivel físico y mental, que te lleva una y otra vez al mismo punto de partida y que pone en pausa todos tus proyectos para ese “algún día” en el que nos sentís merecedora de poder darte el gusto y de que los demás lo aprueben.
Pero… ¿y si “ese resultado” nunca llega?
O peor.. ¿y si llega, pero aún seguís sintiéndote igual?
¿Qué es lo que te haría REALMENTE feliz? ¿Cuál es la vida que VOS deseas? (No la que te dicen que debés desear).
Si no estás segura, no te preocupes.
Somos muchas las que hemos pasado por eso.
⚪ Tenemos que tener unas medidas y peso estándares para poder ser aceptadas.
⚪ Ser flacas depende de nuestra fuerza de voluntad y de seguir reglas estrictas. .
⚪ Siguiendo dietas podemos llegar a ser felices y sentirnos bien.
⚪ Ponemos en pausa nuestra vida esperando “ese peso ideal” que nunca llega.
⚪ Nos pasamos más tiempo pensando en la dieta que en otras cosas, paralizadas, ansiosas.
⚪ Nos pasamos yendo de un extremo a otro: o dieta o desborde total.
Y si llegaste al punto en que te cansaste (¡por fin!) de:
Volver a iniciar el círculo vicioso de una nueva dieta.
O
Comenzar a sentirte en paz contigo misma y tener una relación sana con la comida y con tu cuerpo.
En este programa no verás resultados solo en el largo plazo.
Esto puede comenzar a cambiar hoy.
Por eso, mientras trabajemos juntas vas a poder:
Quiero que sepas que no estás sola (¡ni estás loca!)
Ya que todas hemos crecido bajo las mismas presiones y exigencias, somos MUCHAS las que nos sentimos atascadas, avergonzadas y ansiosas cuando se trata de nuestro cuerpo y la comida.
Pensamos: “todas hacen dieta y parecen muy felices, ¿por qué no podemos ser así?”
Creemos que hay algo mal en nosotras, que “se supone” que también deberían funcionarnos las dietas, ¡que también deberíamos sentirnos plenas con el cuerpo que tenemos!
Pero la realidad es que no.
Así que es hora de juntar fuerzas para recuperar el control sobre tu vida y tu cuerpo.
Tengo 31 años y la mitad de mi vida me he preocupado por mi aspecto físico, siempre quise ser flaca.
Se me hacía cada vez más difícil seguir al pie de la letra el plan nutricional y me frustraba cada vez más. Me sentía enojada por no poder bajar de peso, por no ser capaz de hacer la dieta como tenía que ser. Me volvía cada vez más dura conmigo misma.
Encontré en el programa lo que estaba buscando.
Hoy estoy en proceso de amigarme conmigo misma, con mi cuerpo, de amarme, aceptarme y respetarme. Mi meta ya no es bajar de peso, es aprender a cuidar mi cuerpo y mi mente, a volver a conectarme con quien soy.
Francys
Estoy aquí para ayudarte a mejorar tu relación con tu cuerpo y con la comida.
No soy la típica nutricionista que te dará un plan a seguir y un paso a paso para cumplir.
No vas a tener que rendirme cuentas y “confesarme” tus atracones o contarme sobre tu “falta de voluntad”.
Mi objetivo más grande es ser la profesional que me hizo falta cuando en mi adolescencia tuve una mala relación con la comida y con mi cuerpo.
Es por eso que desde hace más de 12 años me dedico a la nutrición, y desde hace más de 5 estoy enfocada desde Joyful a acompañar a mujeres a transformar sus vidas a través de procesos de psiconutrición.
Ya son cientos de mujeres las que están decididas a volver a confiar en sus cuerpos y dejar ir las reglas absurdas que nos han impuesto.
Y vos, ¿querés sumarte al cambio?
+Ganás paz mental, mayor disfrute de la comida, aprendés a respetar tus necesidades,
+Resignificás el “cuidarte” y aprendés a respetar a tu cuerpo (ya no le vas a obligar a tu cuerpo a soportar ropa incómoda)
+La comida ya no ocupará el centro de tu atención. Podrás parar de comer cuando te sientas bien. (Ya no vas a pensar “Qué voy a comer en la siguiente comida”, o “ Sí o sí tengo que comer ensalada todos los días”)
+Vas a poder disfrutar de cada sabor, de cada comida, ya podrás elegir QUÉ querés comer y cuando querés comer sin que esa voz policiaca en tu cabeza me moleste .
+Te vas a sentir muy positiva y preparada para emprender el camino de aceptación y cuidado ya que por sobre todo vas a lograr una mejor relación con la comida a partir de sentirte más relajada y de conocer a tu cuerpo y escuchar lo que necesita, sin obligaciones ni compensaciones.
+Vas a lograr identificar tus niveles de hambre y saciedad, perderle el miedo a la comida, vas a dejar de necesitar comenzar "de nuevo" cada cierto tiempo.
+Vas a poder respetar a tu cuerpo y vas a entender que no todos los días te vas a gustar y aún así vas a poder cuidarlo.
+Vas a descubrir herramientas que ya están dentro tuyo y por mirar todo el tiempo fuera no las estás viendo.
+Te vas a sentir más confiada y segura de tu cuerpo y tus niveles de ansiedad disminuirán considerablemente.
+Vas a poder practicar autocompasion y ganas de autocuidarte, vas a aprender a tirarte para arriba en vez de criticarte y todo esto vas a poder ver reflejado en como te relacionás día a día con la comida.
Estaba cansada de dietas, venía haciendo ya desde hace muchos años y cada vez me daban menos resultados, cada vez mi problema era peor, lo que más me preocupaba era la carga mental que todo eso conllevaba porque me di cuenta que todo esto te quita tiempo para otras cosas.
Nadie nunca me dijo que tenía toda la capacidad de respetarme y de ser gentil conmigo misma, por muchos años hice todo lo contrario, rechacé a mi cuerpo e intenté cambiar su forma. La aceptación me ha ayudado a respetarme tal cual soy y aunque hay días más difíciles que otros, es ahí donde recurro a la autocompasión, en donde sin duda alguna me ayuda a evitar tener pensamientos negativos hacia mi cuerpo, mas bien me ayuda a ser amable con él, porque ahora reconozco que lo que soy es gracias a todo lo que he logrado y mi cuerpo es mi aliado porque siempre ha estado ahí para acompañarme.